La historia de hoy nos cuenta que un trabajador de sistemas británico, llamado James Howells, obtuvo unas 7.500 Bitcoins allá en 2009. El precio de cada una de esas monedas virtuales ha alcanzado el equivalente a nada menos que 1.000 dólares, pero Howells en vez de ser millonario, recuerda ahora con nostalgia que mandó a la basura el disco duro que le hubiera permitido acceder a su dinero.
El suceso se remonta al año 2009, cuando Howells configuró un portátil Dell XPS N1710 para "minar" Bitcoins, pero tras conseguir 7.500 monedas tuvo que desactivar la aplicación porque su novia se quejaba de que el ordenador hacía demasiado ruido. En 2010 el portátil dejó de funcionar tras un percance con un vaso de limonada, y eso causó que Howells se deshiciera del aparato, no sin antes desmontar el disco duro para guardarlo en un cajón.
Durante una limpieza cotidiana, entre junio y agosto de este año, nuestro protagonista tiró el disco duro a la basura sin pensarlo dos veces. El viernes pasado recordó que la llave de cifrado para sus Bitcoins, que en estos momentos tendrían un valor de 7,5 millones de dólares, estaba en ese disco duro, pero ya era demasiado tarde para recuperar el dinero; ahora su ansiada unidad forma parte de una montaña de basura en el vertedero local.
Sin perder la esperanza, Howells se comunicó con el departamento de aseo y consiguió el permiso necesario para acceder a las instalaciones. Las autoridades le indicaron que el disco duro estaría a alrededor de un metro de profundidad en un área del tamaño de un campo de fútbol, pero pese a sus esfuerzos, la unidad nunca apareció.
Howells se ha resignado a no volver a ver a su disco duro, y ahora no sabe si llorar o reír por lo sucedido con sus monedas. Como dice el dicho: lo que fácil viene, fácil se va.
Fuentes:
Engadget (publicado el 28 de noviembre de 2013)
The Guardian (publicado el 27 de noviembre de 2013)
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